El estrés laboral es, en la actualidad, uno de los problemas más habituales relacionados con el trabajo. Un jefe demasiado exigente, un horario laboral sin fin con un salario bajo, una responsabilidad muy demandante, coordinar un equipo. Existen muchos factores que pueden provocar estrés laboral y siempre dependerá de cada persona.
Independientemente de la causa que provoca el estrés, éste se presenta en diferentes formas y afecta tanto al cuerpo como a la mente. ¿Qué es el estrés laboral exactamente? ¿Cómo podemos detectarlo? ¿Qué podemos hacer si tenemos estrés laboral? Hablemos de ello.
¿Qué es el estrés laboral?
El estrés laboral es un fenómeno desgraciadamente cada vez más frecuente. Un asunto que va a más en nuestra sociedad, especialmente por cómo ha ido cambiando el trabajo. Como decíamos, afecta tanto al bienestar físico y psicológico del trabajador, pero también al entorno laboral y personal de la persona afectada pues muchas veces el estrés nos cambia el humor y hace que seamos menos tolerantes, amables, nos sintamos agotados, etc.
Hoy en día, el estrés es la segunda causa de baja laboral en la Unión Europea y cada año afecta a 40 millones de trabajadores, según datos de la Fundación Europea para las Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo.
El estrés laboral se produce cuando hay un desequilibrio, por distintos motivos y con distintas consecuencias, en el trabajo. Su origen es disperso: excesiva o nula presión, capacidad de resistencia, mal ambiente, pésimas condiciones de trabajo, insatisfacción permanente…
En cualquier caso, desde Aila Psicología creemos que es importante hacer un inciso: teóricamente, toda persona requiere cierto nivel de estrés para responder satisfactoriamente a sus propias necesidades, expectativas y exigencias del entorno. Es lo que conocemos como estrés positivo, es decir, el nivel óptimo de activación para realizar las actividades necesarias en nuestra vida cotidiana. El estrés laboral se enmarca dentro del estrés negativo, o lo que es lo mismo, aquel que causa disfunciones en la persona.
Síntomas del estrés laboral
Los síntomas pueden ir desde un cambio en el humor hasta graves depresiones, y muy a menudo las personas con estrés laboral también sienten agotamiento y debilidad física. De forma más concreto, estos son los síntomas de estrés laboral más frecuentes:
Fatiga, mal genio, tristeza, melancolía, nervios, ansiedad, apatía, aburrimiento, depresión…
Peor concentración, falta de capacidad para tomar decisiones, bloqueo mental, despistes, hipersensibilidad a la crítica…
Altibajos emocionales, excesos en comida y bebida, falta de apetito, conductas impulsivas, nulo descanso, mayor consumo de drogas…
Absentismo, empobrecimiento de las relaciones laborales y sociales, mal clima de trabajo, escasa productividad.
En resumen, y fundamentalmente, podemos decir que las personas con estrés, aunque dependerá de cada caso, suelen sentir:
- Sentimiento de tristeza
- Ansiedad sin motivo aparente
- Desmotivación en el trabajo
- Cansancio 24/7
- Irritabilidad
- Falta de concentración
- Falta de concentración
Todo lo mencionado, además, va acompañado de síntomas físicos del estrés como sudoración, palpitaciones, jaquecas, tensión muscular, taquicardia, molestias en el estómago, mareos…
Causas del estrés laboral
¿De dónde proviene el estrés laboral? Es la primera pregunta que debemos hacernos para ponerle remedio.
Hay muchísimas causas, contextos y situaciones, si bien la primera y más frecuente es el hecho de tener demasiado trabajo, no tener trabajo suficiente o que un trabajo no nos satisfaga. A esto le podemos sumar conflictos con compañeros de trabajo, clientes, proveedores, jefes…
Independientemente del factor causante del estrés, es importante tener claro las causas que lo provocan no afectan de la misma forma a todas las personas. Cada persona es un mundo, también profesionalmente hablando. Hay personas con mayor o menor capacidad de aguante, de soportar carga de trabajo, de desconectar, de sobrellevar problemas…
Algunas de las principales causas del estrés laboral son:
- Tener demasiada responsabilidad en el trabajo y demasiada carga de trabajo y viceversa.
- Condiciones laborales insatisfactorias, deficientes o injustas.
- Falta de control sobre las tareas laborales.
- Falta de orgullo en el desempeño laboral.
- Incertidumbre constante sobre las funciones y el futuro laboral.
- Lagunas en la comunicación.
- Falta de apoyo en la empresa y de reconocimiento o valoración por los éxitos.
- Presión, mobbing o acoso laboral
- Salario insuficiente o ausencia de incentivos.
- Estar sometido a largos horarios (a menudo improductivos)
- No poder conciliar la vida laboral con la personal
- La autoexigencia.
El síndrome de ‘burnout’: ¿cómo identificarlo?
Cuando el estrés laboral se cronifica, hablamos del síndrome de burnout o síndrome del trabajador quemado. Se trata de un estado permanente de agotamiento físico y mental, que se prolonga en el tiempo, alterando la personalidad y autoestima del trabajador.
Consecuencias del estrés laboral
El impacto del estrés laboral sobre nuestro desarrollo vital y profesional es muy importante. Esas alteraciones las clasificamos de la siguiente manera:
Trastornos gastrointestinales, cardiovasculares, respiratorios, endocrinos, dermatológicos, musculares…
Sentirnos confundidos, sin capacidad de decisión, falta de control, desorientación, incapacidad para concentrarse y mantener la atención o consumo de tóxicos, entre otros. Esto puede propiciar trastornos psicológicos asociados al estrés, como depresión, drogodependencia, ansiedad, fobias, esquizofrenia, problemas del sueño…
Imprecisión al hablar y escribir, precipitarnos, pérdida de apetito, risas nerviosas, bostezos frecuentes, tartamudeo, temblores…
Bajada en el rendimiento y la productividad, generar mal ambiente de trabajo, menor creatividad, mayor agresividad… Y todo ello redunda en posibles enfermedades, aumento de los accidentes o incluso la incapacidad laboral.
Cómo prevenir y manejar el estrés laboral
Aunque a veces no está en nuestra mano controlar algunas situaciones que provocan estrés laboral, prevenirlo será siempre lo mejor para ayudarnos a mantener en buen estado nuestra salud mental y física.
Además de, por ejemplo, hacer terapia psicológica, hay varias medidas y acciones que nos ayudarán a prevenir el estrés laboral:
- Aprender a gestionar mejor el tiempo y la agenda para evitar acontecimientos estresantes. Hay que dar prioridad a lo importante.
- Programar periodos de descanso entre las actividades, y procurar evitar comer en la mesa de trabajo o saltarte la comida.
- Una dieta equilibrada y hacer ejercicio físico de forma regular.
- Desconectar del trabajo cuando acabe la jornada laboral.
- No dormir menos de seis horas.
- Las vacaciones son sagradas, ya sean más cortas o más largas.
- Evitar la ingesta de excitantes como el tabaco, el café o el alcohol.
- Evitar comunicaciones de tipo pasivo o agresivo, desarrollar tolerancia y respetar a los demás.
- Administrar con cabeza el uso de tecnología y las redes sociales, y poner límites que podamos cumplir.
- Aprovechar el tiempo libre con la familia, disfrutando de aquello que nos hace felices.
- Emplear técnicas de relajación y meditación.
En definitiva, las mejores medidas de prevención para el estrés laboral son crear un lugar de trabajo cómodo, cuyo ambiente sea agradable y con estímulos positivos y motivacionales.
Tratamiento y gestión del estrés laboral
Si nada de eso funciona, y si el estrés laboral finalmente está en nuestras vidas, hay que adoptar otra serie de medidas. Por ejemplo, contar con ayuda profesional.
La terapia psicológica, orientada a evitar que el entorno laboral afecte a la salud del paciente y minimizar las situaciones de conflicto, puede ser la solución a este problema.
Si tras leer este artículo crees o has confirmado que tienes estrés laboral, pero no sabes cómo gestionarlo y necesitas ayuda para recuperar tu bienestar y salud mental, contacta con nosotros para solicitar terapia.