cómo afrontar duelo

¿Cómo afrontar el duelo?

El duelo es el proceso psicológico al que nos enfrentamos tras la pérdida de un ser querido. Algo que, todo el mundo, tarde o temprano, vivirá a lo largo de su vida. No obstante, las pérdidas son muy diversas y no tienen que ir asociadas únicamente a la muerte. De hecho, la pérdida de cualquier objeto de apego es lo que provoca un duelo, si bien la intensidad y las características, así como el grado de vinculación emocional, de la naturaleza de la pérdida y de la forma de ser y la situación previa de cada persona, determinarán el duelo.

Es por tanto la experiencia emocional de enfrentarse a la pérdida lo que llamamos elaboración del duelo. Aquello que nos conduce a la necesidad de adaptación a una nueva situación.

Los síntomas del duelo pueden ser tanto emocionales como físicos, desde la ansiedad, culpa, miedo, negación, tristeza, shock, hasta la dificultad para conciliar el sueño, estreñimiento, dolor estomacal…

La duración del duelo

Lo que dura un duelo normal varía y mucho en el tiempo. No existe una duración “normal”, pues para muchas personas oscila entre los 6 meses y los 2 años, pero para otras ese tiempo se acorta o se prolonga. Cada persona, en definitiva, gestionar el duelo de una forma diferente y personal. 

Tipos de duelo

Los tipos de duelo más habituales son:

Aquel que se da antes de que la muerte haya ocurrido, por ejemplo cuando se diagnostica una enfermedad que no tiene cura.

 La fase de duelo sigue presente, es decir, que después de cierto tiempo no se ha superado.

La persona niega que los hechos hayan ocurrido.

Es un duelo normal con la salvedad de que su inicio se da al cabo de un tiempo.

Se da cuando hay dificultad para expresar los sentimientos, por lo que la persona evita el dolor de la pérdida.

Se produce cuando el entorno que rodea a la persona no entiende o no acepta el duelo de ésta.

Hace referencia a una reacción desproporcionada o demasiado intensa en cuanto a la situación vivida, por ejemplo, al tener ante sí una nueva situación de duelo habiendo experimentado un duelo previo.

Es también un duelo sin resolver, y alude a que no remite con el paso del tiempo, por lo que puede durar años. También se le conoce como duelo patológico o duelo complicado. 

El trastorno de duelo complejo persistente o duelo complicado

Si bien hablamos de duelos normales y sus distintos tipos, también existen los duelos patológicos o complicados. La principal diferencia entre ambos la encontramos en la intensidad de los síntomas, la duración de la reacción (especialmente si sobrepasa el año) y la aparición de síntomas que no tienen las personas que atraviesan duelos normales, como pueden ser alucinaciones o ideas delirantes.

Entonces, ¿cuándo se da el duelo complicado? Ante la pérdida de una persona querida, una experiencia sin duda angustiosa, hay quienes ven cómo sus sentimientos de aflicción o ira, lejos de debilitarse con el tiempo, se mantienen o incluso van a más. Es lo que conocemos como duelo complicado o trastorno por duelo complejo persistente.

Concretamente, esta tipología se diagnostica solo si han transcurrido al menos 12 meses desde la muerte de alguien con quien el doliente tenía una relación cercana. 

Este duelo complicado, por tanto, se caracteriza porque apenas se expresa la pena, se produce una incapacidad para desvincularse del fallecido y la persona doliente es incapaz de retomar la vida habitual en el nuevo contexto, etc. A su vez, y como principales síntomas, encontramos la tristeza y dolor constante por el ser querido fallecido, la falta de concentración, el distanciamiento y resentimiento, falta de confianza en otros, etc

Tipos de pérdidas

Algo por lo que se pasa de puntillas demasiado a menudo es por el hecho de que el duelo no necesariamente tiene que ocurrir por la pérdida de un ser querido. Además, ni siquiera todas las pérdidas generan duelo. De esta forma, hay distintas pérdidas o sucesos que generan duelo en las personas.

Por un lado, encontramos las pérdidas relacionales, relacionadas con las pérdidas de personas (separaciones, divorcios, fallecimientos, etc.). Al perder capacidades mentales o físicas, como una amputación, también se dan esas pérdidas capacitativas. Las pérdidas materiales (objetos, posesiones…) también pueden dar lugar a duelo. Y finalmente, la vejez o la jubilación dan pie a pérdidas evolutivas.

En suma: es importante entender que el duelo no solo se produce por la pérdida de seres queridos, sino que se pueda dar por tener que emigrar por trabajo, ruptura sentimental, quedarse en paro, verse con menos facultades, etc.

Cómo afrontar el duelo

Las fases del duelo

La referencia clásica para distinguir las etapas del duelo es el libro Sobre la muerte y los moribundos, en el que la psiquiatra Elisabeth Kübler-Rossen establece que son cinco las fases del duelo:

Se produce habitualmente justo tras sufrir una pérdida. Puede verse acompañado de una sensación de incredulidad, irrealidad o de relativizar lo sucedido.

Muy a menudo, tras negar las emociones, el primer contacto con éstas es la ira. La impotencia y la frustración hacen su aparición.

En esta fase ya se empieza a tratar la realidad de la pérdida al mismo tiempo que exploramos aquello que podríamos hacer para sobrellevar o revertir la situación. Es una etapa muy recurrente para aquellos a los que se les ha diagnosticado una enfermedad terminal, o quienes creen que pueden recuperar una relación de pareja ya rota definitivamente si actúan de otra forma o cambian.

Con el avance del proceso del duelo, y asumiendo paulatinamente la pérdida, se instala en muchas personas el sentimiento de “pena” o “tristeza” fruto del impacto emocional de la ausencia.

Es la fase en que cada persona alcanza un estado de comprensión del suceso, tanto emocional como racional.

En muchos casos las etapas no respetan ese orden o ni siquiera ocurren las cinco. Es decir: cada persona elabora y afronta el duelo de forma distinta, tal y como hemos visto recientemente, por ejemplo, con las pérdidas de un ser querido durante el confinamiento.

¿Cómo afrontar el duelo?

Asimilar la pérdida de una persona querida es uno de los mayores retos que afronta una persona. El fallecimiento nos suele causar un gran dolor y reaccionamos de muy diversas formas en función de nuestro carácter, trayectoria, vivencias, recursos, estado de ánimo.

El duelo, por tanto, hay que afrontarlo para progresar, para aceptar la muerte, aprender a expresar lo que sentimos y a vivir con el recuerdo de la forma más sana posible. No existe una receta mágica para todos, pues cada duelo es único e intransferible. Lo que sí podemos hacer es seguir algunos consejos que nos ayudarán a sobrellevar de la mejor manera el duelo:

  • El primer paso para avanzar es aceptar la pérdida y los propios sentimientos. Sabiendo que no hay un tiempo establecido y que no debemos tener prisa. Es un proceso que requiere tiempo.
  • Debemos apoyarnos en la gente que tenemos cerca y que nos quiere para sobrellevar el duelo.
  • Cuidar de uno mismo es fundamental, empezando por obligarnos a seguir remando, a continuar con nuestra vida aunque sintamos que todo ha cambiado.
  • Hablar de la persona fallecida, para mucha gente, supone desbloquearse y evadirse de la tristeza y el dolor.
  • Ante este episodio traumático, y aunque pueda resultar complicado, hacer memoria de los buenos momentos vividos también puede ayudar en el duelo.
  • Finalmente, el apoyo terapéutico, la ayuda de un psicólogo, puede ser muy positiva para afrontar la situación. Acudir a un experto en terapia psicológica facilita la gestión del duelo y todo el proceso que abarca. Y es que a través de la psicoterapia podemos llegar a modificar aquellos pensamientos que nos provocan malestar.

Si pasas por un momento complicado tras el fallecimiento de un ser querido y necesitas ayuda para sobrellevar el duelo, en Aila Psicología te ayudaremos para que te sientas mejor.

1 comentario en “¿Cómo afrontar el duelo?”

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